Reflexión:
Desde nuestros orígenes en el arte marcial siempre practicamos Wu Shu, con su disciplina y sus técnica. Nunca fuimos "conversos" de otra técnica, no fuimos de los que después de la parafernalia cinematográfica nos adherimos
al arte marcial de china. De alguna manera los principios de disciplina y su visión del mundo lo llevábamos en nuestra sangre. El Wu Shu ha sido parte de nuestras convicciones.
¿Cómo puede haber tanta falta de honestidad? ¿ Cómo pueden creer estos sujetos que con un viajecito a China, por su asistencia a un cursito para los extranjeros, pueden pasarse por alto años de sacrificos de los verdaderos practicantes del arte marcial y regresar hostentándose como grandes "maestrazos" del Wu Shu, sacando provecho del engaño, a sus ingenuos y acríticos alumnos?. ¿Deberás puede alguien creer que ya se aprendió el manejo de un arma tradicional por haber estado 2 meses en China?
En el año de 1991 se hallaba el maestro Yu Li Guan en la ciudad de México impartiendo cursos en la Unidad Profesional del Instituto Politécnico Nacional en Zacatenco; platicando con un personaje de nombre Abraham, sin malicia alguna, le pregunté cuántos años de práctica tenía, a lo cual respondió ¿Cuántos tienes tú? a lo cual contesté que 19, inmediatamente el respondió ¡Tengo 20!
Para el año 2000 circuló una invitación a la celebración de los ¡33 años de práctica de este personaje! Yo sólo tenía 28 años de ejércitarme en el Wu Shu. No sólo me había aventajado ya en varios años de práctica, sino que aprovechando tan simbólico año, adquiría también el "místico" grado 33 de práctica, número que nos hace recordar un nivel de alguna sociedad iniciática , como también no es difícil encontrarle una fuerte connotación religiosa.
Reflexión:
Para muchos interesados en el Wu Shu en México, particularmente quienes no han tenido un maestro y se han visto la más de las veces no por necesidad, sino por su negativa a pertenecer a algún grupo y en camabio dedicarse a "aprender" de revistas o videos; resultan personajes como Abraham toda una eminencia del Wu Shu. También hay quienes sin jamás haber pasado por su gimnasio y al no tener de donde agarrarse, al aparecer un supuesto instructor en algún video, para armar el engaƱo a sí mismos y a los demás lo nombran su maestro.
Yo no intento subestimar los conocimientos de tales personajes, creo que en algún sentido han dado cierta contribución a la difusión del Wu Shu en México; sin embargo, considero debe existir siempre un contacto con la realidad no sólo del arte marcial, sino también de la vida misma. Salirse de la realidad e inventar una fantasía sobre la vida personal y pretender vivirla, lleva a transtornos cerebrales. Aunque admito que "tomándolo con medida" el fantasear ha servido a muchos para hacer un buen negocio sobre todo cuando uno se hace pasar como monje del monasterio Shaolin y se logra enajenar a los alumnos,metiendolos en la misma fantasía. El único problema es cuando siguiendo a su maestro, se genera una dinastía de mitómanos...
Estoy convencido de que existen muchísismos mitómanos de Wu Shu (no sólo en México), que crean una fantasía de su vida, se inventan tiempos de práctica, se dicen alumnos del maestro de la "caverna misteriosa", o se ostentan como grandes campeones internacionales. Lo único cierto es que la mitomanía es una enfermedad que arrastra a la deshonestidad al mitómano y a sus seguidores. Por lo demás ¿Alguien ha visto competir a estos sujetos?.
Yo al menos de continuo me someto al fracaso y a la victoria, porque soy un competidor, me forjé para serlo hasta el fin de mi existencia.
Anécdota Sobre un judokaAlguna vez el maestro nos habló de un judoka que le hacía también al karate o al menos practicaba elementos básicos de este sistema de defensa japonés; sin embargo, decía que al hacer esos movimientos de forma circular ya era "kug fu" (gung fu).
Reflexión
Hay en algunos estados de la República donde practicantes sin orígenes en el Wu Shu, han hecho de uno u otro practicante de algún sistema de combate, al que ni conocieron, su maestro; en el norte del país es donde especialmente he conocido antiguos practicantes del karate hoy conversos al Wu Shu, han querido construir leyendas sobre el origen del Wu Shu en México difundiendo creencias sobre supuestos fundadores del Wu Shu en el país, a los cuales se refieren como sus maestros. Creo que como en otros casos, hay aquí una dosis de mitomanía resultado de su falta de linaje en el arte marcial chino; pero ese no es realmente el problema, sino el de seguir dándoselas de grandes "maestres" y no reconocer las limitaciones en su conocimiento.